La ruta de las caras

Ruta de las Caras

En el municipio Buendía de la provincia de Cuenca encontramos un paraje realmente curioso que tiene aparejada una ruta de senderismo. Se trata de la ruta de las caras, un paseo por el entorno del pantano de Buendía que, gracias a la abundancia de tierra arenisca, nos regala la visión de 18 esculturas de diferentes autores a los largo del recorrido. Estas esculturas, algunas de más de dos metros, son rostros fantásticos sacados de historias de misterio y, en algún caso, cargados de gran misticismo. Los rostros son los vigilantes del camino que hacen compaña al caminante que saborea cada recodo del sendero.

El sendero que recorre el entorno del pantano está perfectamente acondicionado y señalizado. El recorrido, que es de tipo circular, según el punto de partido se puede hacer en menos de una hora y con apenas 90 metros de desnivel acumulado es perfecto para hacerlo en familia. Sin embargo nosotros vamos a arrancar desde el pueblo para llegar hasta el mirador de la peña de la Virgen y regresar por la orilla del embalse pasando por el camping, por tanto serán 14 kilómetros y unas 4 horas de duración.

Se inicia nuestro sendero en el mismo Buendía, allí encontraremos varios carteles que, si los seguimos, nos llevarán hacia el norte hasta encontrar el antiguo camino de Santa María de Poyos, localidad que fue “engullida” por el embalse. En este punto faltan unos 4 kilómetros hasta el pinar donde encontraremos las primeras esculturas, al llegar al cruce hemos de adentrarnos por el desvío para hacer una breve ruta circular y regresar el punto de origen después de ver la sucesión de esculturas.

A unos 200 metros ante nuestros ojos aparece la primera, “La Moneda de Vida” apenas unos metros adelante en una pared rocosa encontramos 4 esculturas más: La Cruz Templaria, Krishna, Maitreya y Arjuna. Nada más pasar este lugar se abren unas hermosas vistas del pantano de Buendía… así hasta 18 esculturas diferentes que dotan a este sendero de un encanto realmente especial y diferente.

Continuamos hacia el norte entre pinos y tierras de cultivo camino del mirador natural de la peña de la Virgen, justo en la orilla del embalse de Buendía. Tras un merecido descanso retomamos el camino, ahora hacia el sur, para regresar a Buendía caminando entre cultivos de cereales  mientras comenzamos a divisar alguna de las casas situadas en la Sierra de Altomira.